Todos queremos sentirnos a gusto en casa. Nos preocupa su estética, pero en el fondo lo que buscamos es un espacio donde olvidarnos del estrés diario y reencontrarnos con nosotros mismos. Apostar por la decoración slow nos permite lograr este reto, sin olvidar por supuesto la belleza de los elementos de interiorismo.

slow deco

¿Qué es la decoración slow?

Se trata de una de las corrientes de decoración más modernas que existen. Su concepto va más allá de la apariencia de una estancia y representa una apuesta por un estilo de vida diferente al que estamos acostumbrados.

La slow decoration es un movimiento que busca convertir nuestra casa en un oasis, donde podemos refugiarnos del mundo exterior y nuestras obligaciones. Y para conseguirlo, tiene en cuenta los espacios, los colores y los materiales usados en la decoración, entre otros elementos.

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Minimalismo visual

Una de las claves de este tipo de decoración es evitar en todo lo posible los espacios recargados. Los muebles y los complementos colocados en cada estancia deben ser los necesarios para el confort y el descanso. Por lo tanto, no podemos convertir el salón en un catálogo viviente de objetos, por muy bonitos que sean.

Fuera los aparatos electrónicos

Una de las tentaciones más habituales es poner un ordenador o una tele en la habitación. Este estilo de decoración nos propone olvidarnos de este tipo de aparatos, ya que solamente nos distraen y evitan que nos relajemos durmiendo. Una lámpara que nos proporcione la iluminación adecuada para leer un poco antes de dormir nos bastará para disfrutar realmente de nuestro dormitorio.

Priorizar la comunicación

Si hay algo importante en un hogar es que todos los que vivimos en él podamos comunicarnos fácilmente. Por lo tanto, el diseño de las distintas habitaciones debe primar esta idea por encima de todo. Esto implica trabajar los espacios abiertos o, al menos, buscar una fácil conexión entre las distintas zonas de la casa.

Máxima sencillez

El slow deco tiene como máxima prioridad la búsqueda de la sencillez y la armonía en el conjunto de la decoración de una casa. Para ello, usa una gama de colores muy parecida al estilo nórdico, esencialmente los tonos neutros. Además de estos, el azul se convierte en uno de sus protagonistas, ya que transmite una sensación de tranquilidad y empatía.

La elección de maderas y fibras naturales como el lino o el algodón complementa perfectamente este estilo de decoración y logra crear un ambiente acogedor y cálido.

¿Y tú? ¿Te apuntas a la decoración slow para tu hogar?